Habeas Corpus a favor de Jorge Glas Espinel
Actualizado: 12 abr 2022
Como ciudadanos que aspiramos al “deber ser”, y vivimos con el anhelo de una sociedad donde todos, -sin importar nuestras diferencias políticas y religiosas- tengamos hombres y mujeres en nuestras instituciones sociales velando por los derechos de todos, salvaguardándonos de algún desviado perverso del poder de turno que por su influencia quiera hacer uso del sistema judicial para dar rienda suelta a su manifestación de no salud de conductas sociales, produce satisfacción el Habeas Corpus concedido al Ing. Jorge Glas, ejecutado por un operador de justicia.

No vamos a entrar en análisis o en narración de lo acontecido en el caso judicial llamado de muchos modos desde el 2017 hasta hoy, esta columna no tiene ese objetivo en este momento, pero si breve mencionar e informar que la figura jurídica que se contempla en nuestra Constitución 2008 en el “art. 89 La acción de habeas corpus tiene por objeto recuperar la libertad de quien se encuentra privado de ella de forma ilegal, arbitraria o legitima por orden de autoridad pública o de cualquier persona, así como proteger la vida y la integridad física de la persona privada de libertad (…) En caso de verificarse cualquier forma de tortura, trato inhumano, cruel o degradante se dispondrá la libertad de la víctima, y la imposición de medidas alternativas a la privación de la libertad cuando fuera aplicable.”
Se le ha definido al caso judicial por los defensores y afines u opositores políticos, -pero no cegados- que el mismo ha sido y es un caso político. Yo me resisto a llamarlo un caso político, en mi aun confuso hilvanar de ideas sobre el mismo, por una razón, si la política es la ciencia que busca el bien común, y si la ciencia tiene un método de investigación llamado método científico y busca la explicación de los hechos y de los fenómenos en el mundo para comprender sus causas, resolverlos si así amerita los fenómenos y contempla una ética, en mi limitado entendimiento no me cabe el accionar de ejecutar procesos violando la ley y encarcelar a un adversario político como una acción de la ciencia política y de quién se asume político. Más bien me parece cercano al accionar de sujetos que su razón está afectada (que pueden haber sido políticos u otros) y que no hacen política ni empíricamente ni científicamente y que su espíritu y accionar no está ya movido por el bien común o el mismo se encuentra trastocado, lo que lo inhabilita aunque el mismo, para sus coidearios parezca que es un represéntate idóneo.
Esperemos que sea el inicio de la recuperación del deber ser, del Estado de Derechos y de la aplicación de las leyes por sobre la manipulación de las mismas, por días mejores para el país, la Patria, la Nación, los ecuatorianos todos. No será nada fácil, ténganlo por seguro.