Meta te da ahora a elegir entre pagar una suscripción o seguir viendo anuncios. Una propuesta extraña que, efectivamente, no estáhecha para gustar a los usuariosni para ganar dinero sino para aplacar a las autoridades de protección de datos europeas. Y puede que ni eso consiga la empresa de Mark Zuckerberg, que sólo trata deevitar una multa multimillonariacon ella.
Desde que se aprobó el RGPD en 2018, la tecnológica ha dado varios golpes de timón en su política de privacidad para demostrar que su negocio, extraer información personal de sus usuarios para mostrarles publicidad, se ajusta a los seis escenarios legales previstos en el reglamento.
Con esta elección, la tecnológica intenta validarse por la vía del consentimiento del usuario, después de que diversos organismos comunitarios no le compraran los intentos anteriores: ni que tiene un contrato con ellos ni que sus datos son esenciales para su funcionamiento. Si vuelve a fracasar,se expone a superar su propio récordde multas y a perder 4.000 millones de euros, el 4% de su facturación anual.